Carisma


  Somos Monjes Contemplativos y estamos insertos en la gran tradición monástica de la Iglesia Católica de Occidente. Somos contemplativos en la misión común de la Iglesia, signos del Reino de Dios en el corazón de un mundo que vive como si Dios no existiera (“etsi Deus non daretur”).

 Seguimos a Jesús pobre, casto y obediente, bajo la Regla Monástica de San Agustín, la herencia contemplativa de la Sierva de Dios Madre Albertina y la autoridad de un Prior: “con una sola alma y un solo corazón hacia Dios…, en comunión de vida y en comunidad de bienes”, según el espíritu de la Iglesia primitiva (cf. Hch., 4, 32-35). “Para que Cristo quede formado en nuestras almas” (M. Albertina). La santidad es la cristificación del monje albertiniano y de todo ser humano.


·        En el contexto de la nueva evangelización se ha erigido canónicamente el primer monasterio masculino en Nicaragua llamado a dar lo que el mundo no tiene: a Dios. En su dinamismo interno, este monasterio es litúrgico, teológico, artístico y misionero.

OFRECEMOS:

UN MONACATO MISIONERO

·        A través de una exquisita hospitalidad monástica, en nuestra hospedería ofrecemos retiros espirituales, y en el trascurso de la semana atendemos en consejería espiritual y confesiones.

UN MONACATO TEÓLOGICO
Nosotros hemos asumido los grandes teologúmenos del Papa Benedicto XVI, nuestro Maestro en la Fe:
·        En un mundo que niega a Dios: Proclamamos con hechos y palabras que Dios existe.
·        De cara a la Dictadura del Relativismo: Proclamamos con hechos y palabras que Jesucristo es el Único Señor y Salvador.
·        De cara al Materialismo ateo: Vivimos la Liturgia Monástica con toda solemnidad, como puerta al Misterio de Dios.

UN MONACATO LITÚRGICO
Porque en un  mundo materialista que vive de espaldas a la trascendencia, el monasterio es “presencia de la trascendencia en la inmanencia” (Benedicto XVI). La Liturgia Monástica evangeliza y nos sumerge en el Misterio de Dios.

UN MONACATO ARTÍSTICO
Porque hemos sido creados-creadores, a través del arte sacro cooperamos con el Creador para restablecer sus huellas en la creación.